Vamos hoy a sumergirnos en cuatro principios de los milagros para que calen en nosotros y podamos experimentarlos. Vamos con el primero:
“El milagro elimina el error porque el Espíritu Santo lo identifica como falso o irreal. Esto es lo mismo que decir que al percibirse la luz, la obscuridad desaparece automáticamente.“
¿Qué es lo que vemos aquí? Hay un proceso interno mediante el cual el Espíritu arroja luz a aquello que es doloroso, que nos habla de muerte, de sufrimiento… de “cuerpos limitados que buscan salida”, informando a la mente que solo la luz, la Vida y el amor son reales. El resto son ilusiones perceptuales en las cuales nos hallamos atascados.
Podemos recordar esa lección que nos dice que repitamos y muy concretamente, todos los desastres o cosas que tememos que nos ocurran a nosotros o a otros y digamos “Este_________ no es la Voluntad de Dios, por lo tanto no es real.” (Ejemplo: Esta guerra no es la Voluntad de Dios, por lo tanto no es real./ El cáncer de mama no es la Voluntad de Dios, por lo tanto no es real./ etc)
Y esta frase de la lección la decimos sin necesidad de entender o intelectualizar, solo la decimos con inocencia y funciona como un cortocircuito. A medida que la repetimos, podemos sentir paz, podemos sentir que estamos a salvo, que más allá de lo que perciba, no es verdad, estoy a salvo, todos están a salvo.
En otras lecciones vamos a ver la importancia de la “luz”, pues como nos dice ‘los milagros se ven en la luz‘. En uno de los ejercicios se nos indica que visualizemos a alguien, también lo podemos aplicar a una situación que hayamos vivido, o por ejemplo la imagen de una guerra o de una masacre en las noticias, o de un familiar enfermo… y empezemos a ver la luz que brilla detrás de la imagen. Ésta se va haciendo más amplia y brillante hasta que desvanece esa imagen, esa percepción. La luz que mora detrás de las apariencias temporales, es Dios, es el Hogar, es la Verdad.
Si lo practicamos en nuestro fuero interno, veremos que en esa luz que todo lo disuelve, nos sentimos… plenos.
De ahí, nuestro siguiente principio:
“El contenido perceptual de los milagros es la plenitud. De ahí que puedan corregir o redimir la errada percepción de carencia. Uno de los mayores beneficios que se deriva de los milagros es su poder para liberarte de tu falso sentido de aislamiento, privación y carencia.”
Y, la última idea de hoy que quiero compartir, se refiere a la apreciación que el ego hace del milagro. Para el ego si no se ven los resultados ya mismo, es que no funciona. O si se ven, nos sugiere que podrá haber sido otra cosa, o nos puede decir “algo tan sutil… no es nada”. Y en realidad estamos operando bajo las leyes de la Verdad, las únicas que realmente pueden disolverlo. Así que atentos, porque en el Curso se nos dice:
“Los milagros son expresiones de amor, pero puede que no siempre tengan efectos observables.”
Y añade:
“Un milagro nunca se pierde. Puede afectar a mucha gente que ni siquiera conoces y producir cambios inimaginables en situaciones de las que ni siquiera eres consciente.“
Así que, qué maravilla… Permitirnos Paz, permitirnos la Luz que desvanece en nuestro corazón y en nuestra mente toda ilusión, conlleva bendiciones más allá de nosotros. De ahí que cada vez nos sintamos más alegres de “extender el milagro” de nuestra consciencia a la consciencia de todos los seres, a todo el mundo, a toda la Filicación. De ahí que se abra de forma dulce, fácil y natural en cada uno de nosotros, el ‘Obrador de milagros” que estamos llamados y destinados a ser.
Muchas gracias por leer este artículo. Puedes compartirlo si sientes que puede ayudar a algún compañero del Curso.
Os deseo felices días.
María

Maravilloso, gracias. Qué la luz lo llene todo.
Que así sea <3
Buenas noches María. Gracias por esta ayuda.
Miguel