LECCIÓN 83

Hoy repasamos estas ideas:

1. (65) Mi única función es la que Dios me dio.

No tengo otra función salvo la que Dios me dio. Este reconocimiento me libera de todo conflicto porque significa que no puedo tener metas conflictivas. Al tener un solo propósito, siempre estoy seguro de lo que debo hacer, de lo que debo decir y de lo que debo pensar. Cuaquier duda no puede sino desaparecer cuando reconozco que mi única función es la que Dios me dio.

2. Las aplicaciones más concretas de esta idea podrían hacerse con las siguientes variaciones:

Mi percepción de esto no altera mi función.
Esto no me confiere una función distinta de la que Dios me dio.
No me valdré de esto para justificar una función que Dios no me dio.

3. (66) Mi función y mi felicidad son una.

Todas las cosas que proceden de Dios son una. Proceden de la Unicidad y tienen que ser recibidas cual una sola. Desempeñar mi función es mi felicidad porque ambas cosas proceden de la misma Fuente. Y debo aprender a reconocer lo que me hace feliz, si es que he de encontrar la felicidad.

4. Algunas variaciones útiles para aplicar concretamente esta idea podrían ser:

Esto no puede separar mi felicidad de mi función.
La unidad que existe entre mi felicidad y mi función no se ve afectada en modo alguno por esto.
Nada, incluido esto, puede justificar la ilusión de que puedo ser feliz si dejo de cumplir mi función.


REPETICIONES: Una práctica larga de 15 minutos aproximadamente. En la práctica larga comienza pensando en las ideas correspondientes a ese día así como en los comentarios que las acompañan. Dedica tres o cuatro minutos a leerlos lentamente, varias veces si así lo deseas, y luego cierra los ojos y escucha. Si notas que tu mente divaga, repite la primera fase del ejercicio, pero trata de pasar la mayor parte del tiempo escuchando sosegadamente aunque con mucha atención. Hay un mensaje esperándote. Confía en que lo vas a recibir. Recuerda que es para ti y que quieres recibirlo.

Prácticas cortas frecuentes. La primera parte del día se dedicará a una de estas ideas, y la segunda parte a la otra. Usa la idea en su forma original para las aplicaciones generales, y variaciones más específicas cuando sea necesario. En los comentarios que siguen a las ideas se incluyen algunas variaciones específicas. Éstas son, no obstante, meras sugerencias. No son las palabras en sí que utilices lo que realmente importa.


Lección 83 de Un Curso de Milagros